Muchas veces en las familias todavía tenemos el temor de hablar de la muerte es como si invocamos el diablo o traer mala suerte; la hemos visto como una invitada no deseada a la que le huimos permanentemente; sin embargo, lo más curioso es que es el encuentro que ninguno podemos aplazar, que es inevitable y no podemos negar.
Así que la invitación que les traigo hoy es a amistarnos con esta palabra y el proceso que conlleva, para permitirnos poder tener esas conversaciones que son incomodas, pero necesarias para que cuando nos toque a la puerta no tengamos miedo de mirarla a la cara.
Les comparto la experiencia que tuve al poder acompañar a mi padre en su transición al ámbito espiritual, donde ambos habíamos hablado del tema y en la familia sabíamos que deseaba hacer en ese día e inclusive el deseo del destino final de sus cenizas.
Estas son algunas sugerencias para acompañar a una persona con una enfermedad terminal:
- Escucha siempre las necesidades de la persona, más allá de lo doloroso que sea para ti, hay una consciencia expandida que necesita ser escuchada
- Ayúdale a que no quede con pendientes para que su viaje se haga más ligero, llama a familiares y amigos para que pueda despedirse y recibir su cariño.
- Dile con honestidad, pero con amor, lo que le está sucediendo y permítele expresar sus emociones con relación a lo que está sintiendo.
- Mantén un ambiente lo más calmado posible, como sus sentidos físicos están muy abiertos cualquier ruido luz o movimiento fuerte es demasiado para el cuerpo energético.
- Date el tiempo para descansar para que puedas estar disponible y atento a apoyar con energía a la persona que amas.
- Sal de tu egoísmo de querer retener a la persona junto a ti y dile que tú y los tuyos van a estar bien una vez no este.
- Dale confianza a que su transitar va a ser amoroso, acompañado con los seres de luz que lo esperan y lo acogerán como amigos o familiares que partieron antes.
- Y finalmente deséale un maravilloso viaje de regreso a casa diciéndole cuanto le amaste y lo agradecido que estas por haber compartido un tiempo juntos.
- Al despedirnos con amor y comprensión, la muerte pasa de ser una historia de horror a un proceso de amor.